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Teleasistencia digital: cuando el envejecimiento saludable abandona lo analógico

Cómo contribuyen las alarmas sociales digitales a la seguridad e independencia de las personas mayores

Por primera vez en la historia, la población mundial total tiene más personas mayores de 65 años que niños menores de cinco años. Los cambios demográficos plantean nuevos retos, pero también abren las puertas a nuevas oportunidades. Un ejemplo es la industria del «envejecimiento saludable». La OMS define el «envejecimiento saludable» como «el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez».

Entre otras cosas, esto incluye la capacidad de una persona para «satisfacer sus necesidades básicas y tener movilidad». El envejecimiento saludable tiene varios beneficios físicos, como el mantenimiento de un peso saludable, la protección frente a enfermedades crónicas y la masa muscular y ósea. También permite a la persona ser independiente, estar socialmente conectada y, en general, más feliz y relajada; todo ello contribuye a mejorar su salud cognitiva. Los productos y servicios que ayudan a una persona a mantenerse activa a lo largo de su vida conforman la industria del envejecimiento saludable. Un ejemplo son los sistemas de alarma social, que contribuyen a la seguridad e independencia de muchas personas mayores.

¿Cómo funcionan las alarmas sociales?

Los sistemas de alarma social (también conocidos como teleasistencia) se introdujeron por primera vez en los años 70 y están diseñados para detectar y enviar alertas en situaciones de amenaza. Pueden utilizarse de muchas formas: desde cámaras de seguridad hasta sensores de caídas y relojes de seguimiento de seguridad;

Un sistema de alarma para interiores consta de una unidad base o un teléfono asistencial, conectado a la red telefónica analógica o a través de la infraestructura digital del hogar. Un botón de alarma, que se lleva en un collar o alrededor de la muñeca, está conectado al teléfono asistencial. Cuando un usuario pulsa el botón de alarma, se envía una alarma a una central receptora de alarmas, al personal de atención domiciliaria o a un familiar. Las alarmas sociales también disponen de una función de voz en la unidad base que permite a la persona que ha dado la alarma hablar con la central receptora de alarmas;

Para que un sistema de alarma funcione, todos los implicados en garantizar la seguridad de una persona deben trabajar al unísono. Si falla uno de los componentes, se pierde la sensación de seguridad. Por ejemplo, si una persona se cae y la primera línea de actuación, es decir, los cuidadores principales, no son conscientes de ello, es posible que no se tomen a tiempo las medidas críticas.

¿Por qué son mejores los sistemas digitales?

Careium ha trabajado activamente con los municipios suecos para saber si se han beneficiado del cambio. Sus respuestas han sido positivas. La monitorización continua, las actualizaciones instantáneas y la reducción de costes son algunas de las ventajas citadas. Facilita aún más que las personas sigan viviendo en casa y de forma independiente durante más tiempo.

La sensación de seguridad es especialmente importante para poder participar en las actividades habituales y dar tranquilidad a los familiares. Vivir en casa también reduce el coste público de los cuidados. Para las personas afectadas por un diagnóstico de demencia, las actividades al aire libre, como la jardinería, pueden mantener el cerebro estimulado y ayudar a controlar mejor los síntomas.

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